30 de octubre de 2008
29 de octubre de 2008
29 de octubre
Hace 75 años, un joven español de 33 años, abogado y poeta, decidido a no conformarse con la atmósfera turbia en la que la política liberal partitocrática había sumido a la sociedad española, levantó una bandera que aún ondea en el corazón de muchos españoles, viejos y jóvenes, como un referente de frescura, de honradez y de estilo.
Ayer, otro abogado y poeta treintañero, mi amigo Fernando Anaya, nos ofreció el fruto de un empeño imposible, de largos meses de ilusión y esfuerzo en congregar en torno a ese recuerdo a todos los que, desde diversas posiciones, pronunciamos con especial unción el nombre de José Antonio Primo de Rivera. Fue un acto sobrio, medido y austero, sin una nota amarga ni una expresión desabrida, culminado con las notas vibrantes de un himno marcial cargado de poesía y de esperanza.
Pudimos escuchar, en otras voces, sentados en las bellamente incómodas butacas del Infanta Isabel, aquél discurso pronunciado en el Teatro de la Comedia el 29 de octubre de 1933 cuya esencia no ha perdido ni un ápice de actualidad. Disfrutamos con el análisis riguroso de Arnaud Imatz sobre le figura de José Antonio.
Y escuchamos a Fernando Anaya, que nos regaló un discurso emocionado, lleno de poesía, del que no me resisto, con su permiso, a reproducir alguno de sus párrafos:
Y sin embargo, si esta mirada se realiza sin el vidrio raspado del prejuicio y echamos un vistazo a nuestra España de hoy, sorprende la actualidad de su contenido, porque la verdadera novedad es la que jamás envejece.
Es la misma España que sestea, la misma hemiplegia moral a la que nos aboca el ficticio binomio “derecha-izquierda”.
……..
El panorama es ciertamente desolador pero sobrevivir compromete a ser un héroe en la devastación de la esperanza y nos corresponde la responsabilidad de defender nuestros ideales, convirtiendo cada voluntad en alcázar inexpugnable, tal como hicieron nuestros mayores en circunstancias mucho más adversas.
…….
Para muchos hablar de Patriotismo hoy es abordar un concepto ya superado, un fósil engullido afortunadamente por el paso del tiempo que, de vez en cuando, vuelve a la luz como un añejo blasón en el pórtico de un Parador Nacional, algo decorativo, aparatoso y en definitiva inútil.
Que sepan todos ellos que un Patriotismo actual es posible, una palpitación irrevocable que no sirva de trinchera para ningún partido político, ni sometido a ninguna otra artificial división, es sencillamente la íntima puesta en común de un mismo destino en la Historia.
Un Patriotismo actual es posible, exactamente como el que propugnaba José Antonio, un Patriotismo estricto y difícil, sin complejos, que nada tiene que ver con manifestaciones patrioteras de charanga con las que se suele ridiculizar cualquier interpelación a tan noble causa.
Un Patriotismo actual es necesario porque cada hora nuestra no es menos solemne que cualquiera precedida y somos muchos los que padecemos de insomnio en la noche de nuestras conciencias.
Vivimos en una sociedad en la que todo resulta evaluable, prescindible, intercambiable, pues bien, frente a este planteamiento relativista nosotros seguimos creyendo en la inmutabilidad de las verdades eternas, demasiado amplias para el estrecho hueco de las urnas.
……
España es una realidad distinta y superior a cada uno de los individuos que transitoriamente la conformen. Hay conceptos que, afortunadamente, escapan del tentáculo liberal de la transacción.
Mantengamos intacta la fe en nuestros ideales porque la vocación de vanguardia comienza en el interior de cada uno. Que la Poesía sea siempre norma cardinal de nuestra existencia.
Gracias Fernando por tus palabras y por tu empeño. Por el aire fresco que recibimos y que convirtió una tarde fría y desapacible en una noche extraordinariamente cálida y llena de esperanza.
LFU
24 de octubre de 2008
No hubo fosas. Fueron arrojados al mar con un peso atado a los pies
El día 21 de julio de 1936 fueron detenidos en la base aeronaval de San Javier los jefes y oficiales de los barcos y dependencias de la misma por una muchedumbre miliciana embriagada por su triunfo de Cartagena. Conducidos a esa ciudad, se les dio como cárcel la bodega del barco “España nº. 3” surto en la bahía. Con los marinos entraron en prisión algunos jefes y oficiales del Ejército que se hallaban en los castillos y que la horda consideraba peligrosos.
Sometidos a un régimen brutal, aquellos hombres dejan pasar la lenta procesión de los días, sin que ninguno de éstos les trajera una esperanza por remota que fuese.
El día 14 de agosto entró en el puerto el acorazado “Jaime I”. Llevaba en los mástiles las rojas banderas soviéticas, y en las bordas se apiñaba la marinería vociferante, con los puños en alto. El trágico buque, baldón de España, llegaba escorado, con graves averías, con muertos y heridos a bordo. La aviación nacional lo había buscado en su refugio de Málaga, castigándolo implacablemente.
Aquella misma noche los del “Jaime I” se presentaron en la Escuela de Armas Submarinas y pidieron que los detenidos del “España nº. 3” fueran ejecutados sin juicio y en pleno mar, como ellos habían matado a sus oficiales. Una patrulla de milicianos acompañaba a la abyecta comisión del “Jaime I”.
El jefe de la base dictó entonces dos órdenes que equivalían al asesinato de los detenidos: que el “España nº. 3” se diese a la mar inmediatamente y que el barco quedase a las órdenes del jefe de la guardia del “Jaime I”, Javier García Rey, tercer maquinista. A las dos y media de la madrugada el “España nº. 3” zarpaba con su carga lúgubre, ya de agonizantes, y se ponía a media marcha a unas cinco millas del puerto.
Entonces se formaron dos piquetes, uno a proa y otro a popa, y fueron sacados de la bodega a diez de los detenidos, y amarrados a la banda de estribor dispararon sobre ellos, matándolos, y arrojaron los cadáveres al agua, de dos en dos, con una parrilla en los pies. Como el número de presos era de ciento cincuenta y dos, y los verdugos se dieron cuenta de las dificultades que la matanza había de ofrecerles, dudaron si poner pie a tierra para que las ejecuciones se realizasen en el mismo arsenal. Discutieron largo tiempo, y al fin prevaleció la opinión de que los asesinatos continuasen fuera de la bahía.
Todos de acuerdo ya, se colocaron en la parte de proa de la bodega un maquinista y dos marineros, armados de pistolas-ametralladoras, y otro maquinista y otros dos marineros en la parte de popa, con armas idénticas. Un grumete fue entregando a todos los detenidos papel para que pudiesen escribir a sus familias despidiéndose de ellas, y una vez que lo hicieron se les obligó a subir a cubierta por parejas. Allí los hermanos Rego les mataban a tiros de pistola y arrastraban los cadáveres para dejar paso a las siguientes parejas. De dos en dos, los cuerpos fueron arrojados al mar, lo mismo que los anteriores, con pesos en los pies.
Terminada la matanza, el barco enfiló a la bahía y entró en el arsenal con la tripulación en cubierta a los gritos de “¡Viva la República!” y “¡Mueran los traidores!”
Lo que verdaderamente estremece, es la comunicación que el comandante del barco “España nº. 3” envió al jefe del arsenal, relatándole lo acontecido:
«Tengo el honor de poner en su conocimiento que a las dos horas treinta minutos de hoy salió este buque a la mar para dar cumplimiento a la orden muy urgente de usted, que así lo dispuso. Hallándose este buque fondeado en la bahía, como en días anteriores, pude notar en la dotación cierto nerviosismo, del que en distintas ocasiones he tenido que dar cuenta a usted por parecerme en algún momento peligroso para la seguridad de los detenidos. En el día de ayer, con motivo de la llegada a este puerto del “Jaime I”, averiado y con muertos y heridos por bombardeo aéreo, se observó una mayor indignación en las personas que presenciaban cuantas operaciones se hacían en el citado acorazado y que pedían noticias de lo sucedido. Una vez en el mar, la indignación subió de punto, pidiendo que se hiciera justicia más rápida con los detenidos, porque según ellos lo que se pretendía era substraer a los presos de un castigo ejemplar, ya que no se había tomado una resolución acerca del juicio sumarísimo. Tuve que intervenir, recomendándoles calma y diciéndoles que ya estaban actuando los jueces, pero esto, lejos de calmarles, los excitó más, hasta el punto de que perdí el control sobre ellos. Armados como estaban y con una superioridad numérica manifiesta, me era imposible hacer nada que pudiera evitar sus propósitos. Cuando llevábamos navegando unas cinco millas hacia el Sur con cien grados al Este, fuimos obligados a poner el barco a media marcha. En estos momentos procedieron a llamar a cubierta a las personas detenidas, y colocándolas a la banda de estribor, eran fusiladas por grupos y luego lanzadas al mar con unos pesos en los pies. Cumplidos sus propósitos, después de baldear la cubierta, decidimos volver al puerto, a lo que ellos no se opusieron, marchando el barco entre aplausos, vivas y mueras significativos, de la dotación del “Jaime I”, al arsenal donde se reprodujeron las ovaciones y gritos cuando pasaba frente a los talleres de la Sociedad Española de Construcción Naval y hallándose los muelles y arsenal completamente ocupados por otros varios y marineros.»
Ni que decir tiene que los familiares de los asesinados y arrojados al mar por los "defensores de la democracia" y "de las altas instituciones del Estado" no tuvieron ni entonces ni ahora posibilidad alguna de recuperar los cadáverse de sus deudos. Tal vez tengan ahora una oportunidad con el Juez Garzón.
LFU
22 de octubre de 2008
Asesinato en alta mar
17 de octubre de 2008
Basura
Renuncio a entrar en detalles porque no me gusta revolver entre la basura. Prefiero limitarme a recordar a José Antonio en aquél vibrante y emocionante artículo que -paradojas de la vida- hoy vuelve a estar de rabiante actualidad:
Ahora es la hora de los enanos. ¡Cómo se vengan del silencio a que los redujo! ¡Cómo se agitan, cómo babean, cómo se revuelcan impúdicamente en su venenoso regocijo! ¡Hay que tirarlo todo! Que no quede ni rastro de lo que él hizo! Y los más ridículos de todos los enanos –los pedantes– sonríen irónicamente.
El también sonríe. Pero su risa es clara, como su espíritu sencillo y fuerte. Nosotros padecemos –como él antes– todas las torturas de la injusticia. Pero el ya goza el premio allá en lo alto, en los ámbitos de la perpetua serenidad. Nada puede inquietarle, porque desde allí se disciernen la grandeza y la pequeñez. Pasarán los años, torrente de cuyas espumas sólo surgen las cumbres cimeras. Toda esta mezquina gentecilla –abogadetes, politiquillos, escritorzuelos, mequetrefes– se perderá arrastrada por las aguas. ¿Quién se acordará de los tales dentro de cien años? Mientras que la figura de él –sencilla y fuerte como su espíritu– se alzará sobre las centurias, grande, serena, luminosa de gloria y de martirio.
LFU
16 de octubre de 2008
La rehabilitación de un delincuente
Parece olvidar el Sr. Bermejo, que los Tribunales de la Segunda República -régimen democrático donde los hubo y que sirve de inspiración constante al infame-, concretamente el Tribunal de garantías Constitucionales condenó al Sr. Companys, en unión de todo el gobierno de la Generalidad, a la pena de Treinta años de reclusión e inhabilitación absoluta por el delito de rebelión, en sentencia de 6 de junio de 1935. Claro que, haciendo honor a sus "valores democráticos" y su "respeto" por la división de poderes, el gobierno del Frente Popular decidió indultarlo nada más ganar las elecciones de 1936, restituyéndolo en la Presidencia de la Generalidad.
La razón de su condena, harto conocida, fue la declaración unilateral del Estado catalán el 6 de octubre de 1934 iniciando así un proceso revolucionario contra la victoria democrática de la derecha iniciado por la izquierda jacobina que culminó con miles de muertos y un daño inmenso al patrimonio cultural español. El demócrata que ahora va a ser rehabilitado, salió el 6 de octubre al Balcón del Palacio de San Jaime para decir lo siguiente:
«Catalanes: Las fuerzas monarquizantes y fascistas que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar la República, han logrado su objetivo y han asaltado el Poder.Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra, los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña, constituyen hoy el soporte de las actuales instituciones.
Los hechos que se han producido dan a todos los ciudadanos la clara sensación de que la República, en sus fundamentales postulados democráticos, se encuentra en gravísimo peligro.
La Cataluña liberal, democrática, republicana, no puede estar ausente de la protesta que triunfa por todo el país, ni puede silenciar su voz de solidaridad con sus hermanos que en tierra hispana luchan hasta morir por la libertad y el derecho. Cataluña enarbola su bandera, llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia debida al Gobierno de la Generalidad, que desde este momento rompe toda relación con las instituciones falseadas.
En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el Estado Catalán en la República Federal Española, y al establecer y fortificar la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el Gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y magnífica."
Es decir, toda una lección de tolerancia democrática merecedora de que el infame le rehabilite como martir de la democracia. Un héroe que entendía que la República sólo era válida si la gobernaba la izquierda; un héroe que no dudó en sublevarse contra la legalidad vigente siendo responsable de miles de muertos; Un héroe que, iniciada la guerra civil dejo hacer a sus anchas a las bandas y comités de milicianos republicanos anarquistas y comunistas que saqueaban y asesinaban libremente por toda Cataluña sin que la autoridad reprimiese, protegiese a las víctimas ni actuase legalmente contra los asesinos y que tampoco evitó los crimenes contra los militantes del POUM y el secuestro, tortura y asesinato de Nin y muchos de los suyos.
A este sujeto, verdadero espejo de lo que jamás puede ser ejemplo de nada, es al que el Gobierno español va a rehabilitar ahora.
Termino con dos citas de dos españoles no sospechosos de "fascistas" sobre la actuación de la izquierda en la revolución de octubre de 1934:
«Con la rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936.»
«Me declaro culpable ante mi conciencia ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en el movimiento revolucionario. Lo declaro como culpa, como pecado; no como gloria. Estoy exento de responsabilidad en la génesis de aquel movimiento; pero la tengo plena en su preparación y desarrollo.»
¡Qué verguenza!
LFU
13 de octubre de 2008
Lamentable y decepcionante el desliz del líder de la oposición Mariano Rajoy, calificando de "coñazo" e irónicamente de "plan apasionante" el desfile del día de la Fiesta Nacional.
Mi gran afición por los desfiles y demás actos castrenses -sin duda reflejo de mi respeto y admiración hacia la milicia- no me impide sin embargo comprender que éstos no sean del agrado de todos.
Comprendo perfectamente que al Sr. Rajoy no le gusten mucho los desfiles y que prefiera pasar el domingo en el jardín de su casa con sus niños o montando en bicicleta. Pero mientras represente a más de diez millones de votos y aspire a presidir el gobierno de la Nación, debe, por lo menos, guardar las formas y demostrar algo de respeto por la Nación que representa y pretende dirigir y por los españoles, que le pagan el sueldo para que, entre otras cosas, acuda a dichos actos en su representación.
El Sr. Rajoy -y de paso su partido- ha quedado ya incapacitado, si no seriamente comprometido para afearle al infame su equívoco concepto de Nación y su ligereza al poner en peligro su unidad con el proceso de reforma de los Estatutos. Aunque algunos no lo quieran ver, a cada crítica de este tipo que provenga del PP -por ejemplo, el cumplimiento de la ley de banderas en Cataluña y el país vasco-, el argumentario socialista ya le ha clavado la respuesta, que hará sin duda alusión al descriptible apego de su lider por la Nación y sus símbolos.
El domingo, mientras veía a los miles de personas que se agolpaban en las aceras de la Castellana para ver la parada militar, sin tribuna, en quinta fila y con sus niños en hombros, trataba de imaginar lo que debían pensar del Sr. Rajoy, sentado cómodamente en su tribuna preferente, presenciando el "coñazo" de desfile.
Los símbolos de una Nación son muy importantes, al exteriorizar y hacer visibles los sentimientos de pertenencia a una gran Nación como España. Por eso es doblemente grave el desliz de Rajoy, precisamente por lo que representa de indolencia y de hipocresía.
LFU
7 de octubre de 2008
Esperpento
- Santiago Carrillo presentará el libro "Morir en Paracuellos". Aunque parezca inverosímil, la noticia es totalmente cierta. Resultaría sarcástico si no fuera dramático para los familiares de los más de ocho mil españoles que yacen enterrados en las fosas de Paracuellos. ¿Alguien se imagina a Josef Mengele presentando el libro "Morir en Auschwitz"?. Pero España es diferente. Aquí vale todo, hasta que un viejo carcamal se cisque en la memoria de sus víctimas con las más absoluta impunidad.
1 de octubre de 2008
1º de Octubre
Pudieron añadir un 2 al nombre del Hospital de la Seguridad social que recordaba este día; podrán retirar las estatuas y borrar su nombre de las calles de pueblos y cuidades de España; podrán conseguir ridículas declaraciones de condena por parte de parlamentos y ayuntamientos ejerciendo de esperpénticos sanedrines de la Historia; podrán manipular, mentir, ridiculizar e injuriar; incluso podrán conseguir la participación rastrera de una derecha acomplejada, pero nunca conseguirán engañar a todos durante mucho tiempo.
No podrán cambiar la Historia y algún día España honrará como se merece a quien, sin estar libre de sombras, fue precursor en hacer morder el polvo al comunismo en todo su apogeo y consiguió para España, librándola de una revolución marxista abiertamente anunciada, la más pacífica y próspera época de toda su larga y dolorosa historia.
De desagradecidos está el mundo lleno....
LFU