16 de mayo de 2008
Al hijo del Guardia Civil D. Juan Manuel Piñuel Villalón
Hace sólo dos días que unas alimañas destruyeron tus sueños de niño. Te han quitado en un minuto lo que más querías. Sientes la herida de su ausencia en tu corazón aunque no puedes entender lo que ha pasado. Tu mente virgen desconoce el odio que ha terminado con una vida de ilusión, de trabajo y de esperanza; un odio que ha decidido que crezcas sin el ejemplo, el apoyo y el cariño de un padre que vivía y respiraba por ti.
Yo, que sé lo que es tener la suerte de crecer a la sombra de un padre, de beber de su ejemplo, admirarle, quererle y sentir la seguridad de su presencia, maldigo a quienes te han privado de ese regalo. Maldigo a quienes han derramado la sangre de tu padre y a los que con su palabra y con su silencio, con su cobardía y su complicidad, han hecho posible que unos cientos, unos miles de niños como tú hayan crecido en una parte de España alimentándose con el odio a lo que tu padre representa. Porque a tu padre -como gritó uno de sus compañeros en su funeral- lo han matado por ser español.
Lo han matado por representar a la Nación más antigua del mundo que tan rápidamente algunos quieren romper. Lo han matado porque su uniforme representa el honor, la gloria y la historia de España, una historia que ellos han estudiado mutilada, manipulada y cercenada, con el silencio cómplice de una clase política alicorta incapaz de ver más allá que el miserable valor de la aritmética de unos cuantos escaños para tener el poder.
A tu padre lo ha matado el odio, pero ese odio ha sido alimentado desde los despachos hasta la escuela, de la televisión a los cuentos gracias a una palabra maldita que hace treinta años abrió la puerta a que ese odio se extendiese libremente: consenso. Por la indigna utilización que los políticos de entonces hicieron de tan noble palabra, España hizo dejación de su responsabilidad más crucial, la de velar por su unidad, dejando que otros, como tu padre, murieran por ella. Permitió que muchos niños como tú, en una parte de esta nación, se hayan educado durante decenios en el odio a España y a todo lo que representa y creciesen odiando el uniforme, hoy vacío, que alimentará tus sueños de niño. Esos niños de ayer, son los que hoy han matado a tu padre y también los que no sienten su muerte, porque son incapaces de sentir a España.
Hoy lloro y rezo por ti. Porque te han robado una niñez que nadie puede devolverte. Porque España, tu Patria y la mía, se ha roto un poco más con la sangre derramada de otro Guardia Civil.
LFU
Extraordinario artículo, que suscribo en su integridad. Con tu permiso, subiré una referencia a mi blog. Un abrazo.
ResponderEliminarhttp://edumarviq.wordpress.com/
Enhorabuena por tu magnífico artículo,
ResponderEliminarReyes