El debate de anoche puso de manifiesto las carencias mediáticas del fichaje "estrella" del Partido popular. Frente a un Solbes amable, desenvuelto y paternalista, Pizarro pecó de falta de rigor y de exceso de demagogia, además de repetir una y otra vez determinados conceptos en los que le habían dicho que debía insistir, sin contestar ni una sola vez a los argumentos de Solbes. Hasta en dos ocasiones le retó Solbes a contestarle respecto a una declaración de un miembro de su partidor respecto a la solvencia del sistema financiero español, y Pizarro no fue capaz de contestar. Cometió un error de bulto al decir "yo no estaba entonces" cuando Solbes aludió a la gestión de los gobiernos del Partido popular, olvidándose de que si estaba allí era como representante de ese partido y no como Manolo Pizarro. Y terminó de decepcionar a los juristas cuando en su condición de abogado del Estado no fue capaz de rebatir a Solbes cuando éste le refutó -muy convincentemente por cierto- acerca de las deducciones por i+d+i en el Impuesto sobre sociedades.
España no es una empresa y a Pizarro, cuya capacidad como gestor nadie pone en duda, le faltan muchas tablas en esto de la política. Pero si lo que quieren los del Pp es autocomplacerse, que escuchen la Cope, que para escurrir el bulto ya está diciendo que el debate fue un tostón -de hecho lo fue- para tratar de disimular el fiasco de Pizarro.
Nada que ver con Rato, que, como político experimentado, en su día fue capaz de machacar a Solbes dejandole en evidencia ante toda España con la frescura de un nuevo modelo económico que no cabe duda que fue beneficioso para España.
Lo de ayer fue un toque de atención para la oposición. Sólo le salva que muy poca gente fue capaz de aguantar hasta el final, aunque fue precisamente al principio cuando Solbes le dio un importante repaso a su manso contrincante, a quien atrajo a sus terrenos para lidiarle con asombrosa facilidad.
LFU
Totalmente de acuerdo en el diagnóstico del debate. Pizarro quedó en evidencia, lo que es una pena, pues al parecer tiene convicciones católicas. Aunque, en ese caso, no sé que hace en el PP, cuyo rumbo oscila entre el mariconeo y el neoliberalismo. Un abrazo,
ResponderEliminarMiguel.