Ayer, al hilo de mi entrada sobre la serie "Cuéntame", recibí la respuesta de una persona excepcional. Fue mi teniente cuando yo lucía con orgullo en mis hombreras la estrella de Alférez de Infantería por tierras de Córdoba, y se convirtió en amigo para siempre. Bien sabe él que para mí siempre será un referente de honestidad, de entrega y patriotismo, pues en él se reunían las más altas virtudes castrenses. Su respuesta de ayer me emocionó, pues reconocí en sus palabras los más sinceros latidos de su gran corazón. Se trata del postrer homenaje de un hijo de quien vistió el uniforme gris de Policía Armada con honor, y al que le parte el corazón contemplar cómo algunos desalmados no dudan en vomitar su odio sobre el limpio uniforme de su padre, presentándolo como exponente de la brutalidad y la barbarie.
Por ello, aquella portada del ABC de los años 30 sobre las madres de los Guardias Civiles, me sirve de percha para reproducir sus palabras, que mucho dan que pensar. A tús órdenes, mi capitán.
Querido LFU:
Permíteme que desde mis canas te reprenda cariñosamente ¿Cómo se te ocurre? Yo hace mucho tiempo que dejé de ver en la tele algo que no sean dibujos animados y de los antiguos (Tom y Jerry, etc.) porque de los de ahora también hay antiejemplos como los Simpson (que dejan a la familia a la altura de una alpargata) o Schin Schan (que es todo un ejmplo de grosería y mala educación). En concreto "Cuéntame..." del que ví unos cuantos capítulo sólo por ver los coches de entonces, los sofás de skay de entonces, las teles de entonces o la muñeca vestida de gitana que tenían todas las teles de la época encima, dejé de verla el día que salía un individuo vestido de "gris" haciendo lo que se supone desde la versión oficial que hacían los "grises", es decir, pisoteando a la gente. Da la puñetera casualidad de que he crecido viendo un uniforme gris en casa y aquel uniforme gris (que por cierto a mí me encantaba y me ponía una prenda de él cada vez que pillaba la oportunidad) lo vestía todo un caballero que, desde su modesta formación, era un ejemplo de honradez, lealtad a sus principios, honestidad profesional y privada y buena educación; buen cristiano, buen marido, buen padre, buen vecino, respetado y querido por cuantos le conocían, amigo de sus amigos, austero, cariñoso, comprensivo con quienes hay que serlo, duro con quienes no saben respetar las reglas pero caritativo con todos. Aquel "gris" grande en estatura y en corazón me ha tenido entre sus enormes brazos o sentado en sus rodillas muchas veces y me enseñó las cosas más importantes que he aprendido en mi vida; a procurar ser un hombre de bien y a ser coherente con mis principios, por eso no me gustan los enjuagues y por eso, como le pasaba a él, por todas partes por donde paso me cuelgan la etiqueta de "polémico". Aquel "gris", grande en estatura y con un corazón que no le cabía en el pecho, lleva camino de once años en la Casa del Padre y dejó este mundo, a veces asqueroso y rastrero, una tarde de octubre con el regusto amargo de no poder ver a su hijo "el chico" lucir la tercera estrella en su uniforme (¡Un hijo capitán! él jamás lo hubiera soñado) pero con la plena satisfacción del deber cumplido.
Por eso me pone de los nervios que cualquier HIJO DE PUTA sea capaz de hacer una película de cine o una serie de televisión en la que salgan individuos en el papel de aquellos "grises" tal y como la versión oficial nos quiere hacer creer que eran. Por eso, además de por todo lo que tú cuentas.
Espero que algún día alguien nos explique que pecado hemos cometido para merecer todo esto y, mientras tanto, le pido a Dios que me dé fuerzas para no desfallecer. Y se lo pido acordándome de aquel "gris" inpertérrito, que cuando le llevaba mi cartilla escolar cargada de buenas notas me decía "muy bien Rafalín, has cumplido con tu deber".
Un fuerte abrazo.
Rafa.
Por ello, aquella portada del ABC de los años 30 sobre las madres de los Guardias Civiles, me sirve de percha para reproducir sus palabras, que mucho dan que pensar. A tús órdenes, mi capitán.
Querido LFU:
Permíteme que desde mis canas te reprenda cariñosamente ¿Cómo se te ocurre? Yo hace mucho tiempo que dejé de ver en la tele algo que no sean dibujos animados y de los antiguos (Tom y Jerry, etc.) porque de los de ahora también hay antiejemplos como los Simpson (que dejan a la familia a la altura de una alpargata) o Schin Schan (que es todo un ejmplo de grosería y mala educación). En concreto "Cuéntame..." del que ví unos cuantos capítulo sólo por ver los coches de entonces, los sofás de skay de entonces, las teles de entonces o la muñeca vestida de gitana que tenían todas las teles de la época encima, dejé de verla el día que salía un individuo vestido de "gris" haciendo lo que se supone desde la versión oficial que hacían los "grises", es decir, pisoteando a la gente. Da la puñetera casualidad de que he crecido viendo un uniforme gris en casa y aquel uniforme gris (que por cierto a mí me encantaba y me ponía una prenda de él cada vez que pillaba la oportunidad) lo vestía todo un caballero que, desde su modesta formación, era un ejemplo de honradez, lealtad a sus principios, honestidad profesional y privada y buena educación; buen cristiano, buen marido, buen padre, buen vecino, respetado y querido por cuantos le conocían, amigo de sus amigos, austero, cariñoso, comprensivo con quienes hay que serlo, duro con quienes no saben respetar las reglas pero caritativo con todos. Aquel "gris" grande en estatura y en corazón me ha tenido entre sus enormes brazos o sentado en sus rodillas muchas veces y me enseñó las cosas más importantes que he aprendido en mi vida; a procurar ser un hombre de bien y a ser coherente con mis principios, por eso no me gustan los enjuagues y por eso, como le pasaba a él, por todas partes por donde paso me cuelgan la etiqueta de "polémico". Aquel "gris", grande en estatura y con un corazón que no le cabía en el pecho, lleva camino de once años en la Casa del Padre y dejó este mundo, a veces asqueroso y rastrero, una tarde de octubre con el regusto amargo de no poder ver a su hijo "el chico" lucir la tercera estrella en su uniforme (¡Un hijo capitán! él jamás lo hubiera soñado) pero con la plena satisfacción del deber cumplido.
Por eso me pone de los nervios que cualquier HIJO DE PUTA sea capaz de hacer una película de cine o una serie de televisión en la que salgan individuos en el papel de aquellos "grises" tal y como la versión oficial nos quiere hacer creer que eran. Por eso, además de por todo lo que tú cuentas.
Espero que algún día alguien nos explique que pecado hemos cometido para merecer todo esto y, mientras tanto, le pido a Dios que me dé fuerzas para no desfallecer. Y se lo pido acordándome de aquel "gris" inpertérrito, que cuando le llevaba mi cartilla escolar cargada de buenas notas me decía "muy bien Rafalín, has cumplido con tu deber".
Un fuerte abrazo.
Rafa.
Estoy, en tu misma situación como hijo de un policía armado y me siento muy orgulloso de mi difunto padre.
ResponderEliminarViva La Policía.